
Unos compañeros fueron hace poco a un seminario sobre el tratado de libre comercio de Chile con China, y les explicaron que para los orientales lo que realmente vale es la palabra, más que los papeles firmados y esas cosas, LA PALABRA para ellos es sagrada, y para mi también lo es. Yo al menos siempre intento no decir cosas que no pueda cumplir, yo soy así, pero es increible cómo para algunas personas las palabras son desechables, dicen cosas importantes, cosas serias, y para uno que la palabra vale, las toma en serio... ahora soy desconfiado.
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